El masajista que soñaba con coger esa gran polla
Para este masajista, su cliente es una fantasía. Un negro guapo y esbelto que parece tener lo necesario debajo de la toalla. Él solo quiere una cosa, tomar esa gran polla en su boca, correrse y lamerle los huevos y finalmente sentarse en esa gran porra de ébano. Y por suerte para él, es su día de suerte...