Léo Hélios está dando vueltas por el centro comercial y es descubierto por los guardias de seguridad, que están decididos a castigarlo. El merodeador tendrá que desnudarse y jugar con los dispositivos de los guardias de seguridad. Estos se aprovechan de que no hay nadie que le dé una paliza. Un castigo que el matón gay no está dispuesto a olvidar.