Un turista dócil es escoltado de vuelta a su habitación por un apuesto chico tunecino que conoció en la playa. Los dos chicos saben muy bien lo que les espera a continuación. El joven árabe es muy macho y le gusta empujar su polla hasta el fondo de los agujeros del francés. Una vez viene a aclararse la garganta y otra vez recibe el puñetazo que le ofrece el joven pasivo. También le gusta meterle el dedo y meterle el puño en el culo. Así es el sexo gay en Túnez, nos gusta cuando te pega y sientes que te entra bien.