Cedí y me sodomizó a lo bestia en el vestuario del gimnasio.
Es bueno ir al gimnasio por la mañana porque hay poca gente, es más tranquilo y puedes mirar tranquilamente sin que te pillen. Un chico guapo me está mirando, parece excitado, y yo también. Solo somos dos en el vestuario y la tentación es grande para dejarse embriagar por alguna locura. Quería sentir el cuerpo de este macho viril, luego besarlo, frotarme contra él y bajar, mientras abría la boca para chuparle la polla. Estaba jugueteando con mis pezones... a su vez bajó para lamerme el culo, me encantó... lo dejé hacerlo y me sodomizó como una bestia en el vestuario del gimnasio.