Los senadores Cassius y Brutus (Sumner Blayne) han elegido a Spartacus como su campeón, pero descubren que César pretende envenenarlo. Los rivales del emperador traman un plan para encontrar a un campeón secreto, el gran guerrero galo (Filou Fitt) que aterrorizó al ejército de César y mató a cien legionarios él solo. Brutus viaja a las tierras salvajes de la Galia para llevarlo de regreso a Roma, pero el musculoso guerrero no está contento de ser tomado prisionero... al menos hasta que Brutus le explica que esta es una oportunidad para ayudar a derrocar a César. Brutus seduce al luchador con su cuerpo y su retórica, chupando la gran lanza gala. El enorme activo lame el culo de Brutus y lo penetra, golpeando al senador de costado y de espaldas hasta que ambos se corren.