Esta semana, Andy Adler y Vivianne DeSilva están en Miami cuando ven a Alejandro Vega, un latino corto pero poderoso con características llamativas y robustas. Su anillo de boda atrapa el ojo de Vivianne mientras pasa, y ella instantáneamente sabe que esto podría ser un reto interesante. Vivianne se apoya por la ventana, parpadeando una sonrisa juguetona. ¿Necesitas un ascensor? Alejandro se ríe pero duda. “Estoy casado”, dice, reflexionando sobre su anillo con una expresión conflictiva. Vivianne y Andy intercambian una mirada conocida, luego suben la oferta – dinero, y mucho de ella. Alejandro muerde su labio, su resistencia ondeando mientras él considera el dinero en la mesa. Después de un momento, suspira, echando un último vistazo a su anillo antes de asentir renuentemente. Dentro de la furgoneta, se revela el giro: esto no iba a estar con Vivianne. Los ojos de Alejandro se ensanchan, pero la promesa de efectivo es demasiado tentadora para resistir. Con un profundo aliento, permite a Andy acercarse, y la tensión se derretirá mientras comienzan. La química construye, su vacilación transformándose en pasión inesperada. Para cuando termine, Alejandro está sin aliento, procesando lo que acaba de pasar. Recoge el dinero con una tranquila “gracias” y vuelve al sol, su anillo de boda brillando mientras se aleja.