Saunas son lugares lujuriosos, y Brando lo sabe, así que se relaja en la sala caliente mientras espera su próxima presa para entrar. De repente, llega el magnífico Alespice, despertando un lindo tatuaje de mariposa como el suyo como si fuera algún tipo de signo. La sutil conversación entre los dos hombres indica lo obvio: ambos están desesperados por probar los cuerpos esculpidos del otro. Alespice hace el primer movimiento y revela su enorme polla, haciendo a Brando drool. Al comenzar a felicitarlo, expresa su deseo de tenerlo dentro de su boca. A pesar de no ser gay, Alespice acepta la oferta, pero en lugar de una simple mamada, termina comiendo el agujero de Brando locamente. Se está muriendo por llenar ese lindo culo con su jugosa polla y todo el jugo de hombre que ha estado construyendo desde que llegó a la sauna. Brando no puede creer lo dominante Alespice resultó ser, y le deja tratarlo como su pequeño juguete de mierda con la esperanza de conseguir su culo cremoso.