Bastian está enfriando en su habitación de hotel. El sexy stud sólo quiere relajarse y tratarse a sí mismo a un buen masaje sin interrupciones. Mientras se desnuda y empieza a tocarse, Alexander, uno de los empleados del hotel, entra en su habitación para limpiarlo. Al instante ve el cuerpo de Bastian y no puede evitar mirarlo con lujuria, pero sabe que puede meterse en problemas, así que se disculpa e intenta fingir que no pasó nada. Sin embargo, Bastian nota el deseo en los ojos de Alexander y le dice que se una a él para la diversión. Las reglas del hotel prohíben absolutamente a Alexander tener cualquier tipo de interacción sexual con los huéspedes, pero nunca ha visto a un tipo tan recortado como él antes, así que decide hacer una excepción. Después de todo, es él quien interrumpió el tiempo en solitario de Bastian, y el cliente siempre tiene razón para que él debe compensar la interrupción de la manera más familiar posible.