Nuevos reclutas: Jack Andram y Mitch Cox
En segundos, las manos nerviosas y temblantes del entrenador Cox tiraban los pantalones cortos y ropa interior del niño, dándole una vista de la polla de Jack. Incluso medio duro, el miembro carnoso era grueso y venoso, cálido al tacto, y suave sedoso. Sus tuercas pesadas colgaban bajo entre sus piernas, tentando a Cox a llegar y tocarlas. Les dio un apretón suave mientras su boca se cerraba en su eje, llevándolo a la parte posterior de su garganta mientras exhalaba. Cox cerró los ojos. Se sentía tan bien. Y el chico probó increíble. Respiró a través de su nariz, sin querer dejar que sus labios dejaran ir de la hombría de Jack. No podía creer que lo estuviera haciendo, pero ahora que había probado su polla, no quería que parara.