Tarde calurosa con un hijo papá
Algo cambia cuando los días empiezan a ser más largos. El pedazo extra de sol hace su camino hacia los músculos y la carne, sacando un poco extra de entusiasmo y energía que a menudo falta en los meses de invierno.
El Dr. Wolf es muy consciente de esto y se aprovecha plenamente de ello cuando se trata de sus huéspedes de casa. Él y Marcus estaban sentados en el sofá, disfrutando de un día perezoso de ver películas y televisión cuando el sol brillante lo había llenado con una cantidad particularmente potente de energía sexual.
No podía mantener sus manos fuera del pequeño cuerpo de Marcus, sintiendo que descansaba a su lado y generando un agradable grado de calor. Los pies del Dr. Wolf se extendieron mucho más allá de lo que Marcus hacía más evidente que lo pequeño que Marcus estaba a su lado. Eso solo hubiera sido suficiente para que sus lomos se movieran, pero la luz cálida y radiante del día lo hizo más intoxicante.
El Dr. Wolf quitó los pantalones cortos de Marcus, dándole un vistazo a su suave y suave trasero. Las mejillas redondas llenaron sus manos mientras Marcus se movía encima de él, encontrando el momento con un beso apasionado. Marcus no pudo conseguir lo suficiente de cómo el Dr. Wolf lo tocó y se burlaba, sabiendo que lo que iba a venir era una increíble mierda de mediodía.
El Dr. Wolf dedo el agujero de Marcus, agitando sus nueces y jugando realmente con su cuerpo. El gigante alto podía sentir que su hijo se estaba arreglando cada vez más con cada momento que pasaba, y su propia polla estaba empezando a anhelar algo de atención.
De pie, el Dr. Wolf dejó caer sus pantalones cortos y permitió a Marcus explorarlo de manera similar a cómo había hecho. Marcus no era extraño a la enorme bulga de su anfitrión, admirando a través de su ropa interior apretada antes de liberarlo de su trampa.
El gallo monstruo cayó como un árbol caído, duro como una roca y rígido de punta a base. Marcus miró hacia arriba a su gigante, ansioso por ver su expresión como Marcus intentó derribar todo. El Dr. Wolf sabía que esto no era tarea fácil, pero siempre le encantaba ver hola...