Antony Carter & Roman Capellini
El guapo chico skater Antony Carter está en el lugar adecuado en el momento adecuado, paseando por el almacén abandonado a las afueras de la ciudad. Es donde muchos de los chicos locales van a fumar, beber o practicar sus habilidades con el graffiti, pero eso no es todo lo que pasa allí. Roman Capellini es el tipo de chico al que le encanta hacerse una buena paja cuando le apetece, sacando su carne en el bosque, de excursión o cuando simplemente está esperando a que aparezca un colega. Su experiencia en BoyFun relacionado con la polla podría limitarse a la masturbación, pero cuando Antony empieza a mirarle y a pajearle su propia gran polla sin cortar, pronto explora un poco más de lo que quizás esperaba. Con una polla rígida que se le ofrece para degustar sus labios inexpertos envuelven alrededor de ella, el precum gotea sobre su lengua mientras desliza su boca a lo largo del polo caliente, su propia polla sigue abultada en su agarre mientras sorbe y chupa su nuevo amigo. Antony ya ha revelado su calentura, espiando al chaval y pajeándose al ver el enorme pedazo de Roman recibiendo placer, así que no es de extrañar que pronto le devuelva el favor y trabaje la inmensa herramienta del joven con sus labios y su lengua. Con sus suaves y atléticos cuerpos de jovencitos totalmente al descubierto, la pasión no puede sino aumentar. Antony toma asiento en los fríos y duros escalones de hormigón, con su polla hinchada y lista para que Roman la experimente dentro de él. El chico bronceado se desliza hacia abajo, tentativamente. Su apretado pliegue acoge la forma invasora mientras la polla desnuda de Antonio rezuma precum en su interior. A medida que el ritmo se acelera Antony ofrece un alcance alrededor, follando a su amigo en el culo mientras acaricia la erección de su nuevo amigo, sus bolas succionables rebotando arriba y abajo con cada empuje exigente. Con animosa urgencia, Antony toma al chico por detrás, introduciendo su carne en el agujero de Roman, sus caderas rebotando mientras su placer compartido se hace más intenso, sus pesadas pelotas oscilando y golpeándose. Cualquier chico estaría ya al límite, y con una última y rápida embestida, Antony saca la polla y se eleva sobre su nuevo amigo, lanzando semen de su casco para llover sobre el pecho y la cara de Roman. El olor y la sensación del semen fresco salpicando sobre él es todo lo que el chico necesita para masturbarse su propia carga copiosa, bombeando espesa crema pegajosa como sus gemidos de placer comienzan a disminuir. Cuando los dos se separan, Roman se alegra de haber parado a masturbarse en el viejo almacén.