CH No. 682
Hace poco compré un pequeño piso en la montaña y decidí ir de caza por las pistas. Pronto me topé con un snowboarder. El pobre perdió su caro casco en alguna parte. No quiso arriesgarse a lesionarse y prefirió irse a casa en autobús. Eso era estupendo. Significaba que necesitaba dinero y tenía tiempo para ganárselo. Le ofrecí colaborar para comprarle un casco nuevo. Sólo quería verlo desnudo a cambio. Tenía una polla impresionante y no le importó sacársela un poco. Le convencí fácilmente para que me siguiera a mi casa y ganara lo suficiente para comprar algo más que un casco. Me acarició y me la chupó muy bien, pero se negó en redondo a que le diera por el culo. A los hombres de aspecto rudo como éste probablemente no les gustan los culos en carne viva. Me encantaba la idea de que me follara un snowboarder tatuado con una enorme erección, así que le ofrecí mi dulce ojete.