Como mayordomo personal del magnate Bruno Max, Ruslan Angelo debe ocuparse de todas las necesidades de la casa. Y por casa nos referimos al apetito de Bruno por guapos jóvenes obreros que le sirvan plenamente.
Ruslan ha servido el desayuno a Bruno y, una vez sentado, comienza a darle un masaje matutino rutinario. Una vez que su amo está lleno y satisfecho con el desayuno, es hora de satisfacerse sexualmente. El mayordomo se arrodilla y comienza a mamar la gruesa polla de Bruno.
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