Victor Rams Into Ariel

31:59 809 2 semanas atrás
¿Quién iba a pensar que los "rawfuckers" colombianos fueran tan diversos? Víctor Valentín es un jovencito delgado, tatuado y musculoso con unos labios grandes y pastosos para chupar pollas, mientras que Ariel Bosi, desaliñado y con perilla, quiere la enorme y gruesa polla de Víctor en su culo. Dos tíos musculosos y cachas a pelo con un toque latino sexy, ¿qué podría ser más caliente? Después de subirse a la cama y apretar sus entrepiernas vestidas de vaqueros, Ariel le baja los pantalones y los calzoncillos a Victor para que le llene la boca de pinga sudamericana picante. Victor gira para enterrar su cara en el suave culo almizclado de Ariel. Antes de que te des cuenta, le está dando un golpe a esas nalgas redondas y se arrodilla detrás de Ariel para taladrarle la polla hasta la empuñadura. Agarrando las sábanas, Ariel deja que su propia polla cuelgue del borde mientras las tetas de Victors golpean contra su jugosa raja. Los dos perros calientes se acuestan en la cama al estilo cuchara mientras Ariel levanta una pierna para abrir bien su agujero y recibir más embestidas. Taladro bolas de profundidad, Víctor no se contiene un poco. Le da a Ariel la follada profunda que necesita. Pero Ariel también necesita sorber esa gran polla jugosa, y se toma un descanso para llenar su garganta sedienta de polla. Cuando está listo para más arado profundo, se acuesta con las piernas en el aire y bien abierto. Víctor le da unas cuantas palmadas más en el culo, escupe en el agujero y le vuelve a meter la polla. Se está poniendo demasiado caliente para contenerse. Victor ya se ha corrido cuando saca su polla a chorros y unta el culo palpitante de Ariel antes de volver a metérsela entera. Eso es justo lo que Ariel necesita para rociar su propia salpicadura cremosa a través de los músculos ondulantes de su pecho y abdominales. Mientras jadea para recuperar el aliento, Victor se inclina hacia delante para darle un último beso profundo mientras sus cuerpos delgados, sudorosos y pegajosos se aprietan en un momento de pura satisfacción.